Jesús Bosqued: "Fui un solitario y viví épocas en que solo veía cine"

Es director de arte de Paula Ortiz, cartelista, diseñador e ilustrador. Con ‘Ojos de abeja’, ha ganado el premio Isabel de Portugal de cómic de 2022.

Jesús Bosqued fue a la librería Futuro a retratarse
Jesús Bosqued fue a la librería Futuro a retratarse
Guillermo Mestre

Jesús Bosqued (Zaragoza, 1973) se define como un hombre de imagen, un contador de historias con dibujos. En busca de sí mismo, en un período de cambio, acaba de ganar el premio Santa Isabel de Portugal de cómic con ‘Ojos de abeja’: cuenta la historia de un hombre de 48 años que opta por la imaginación para superar su propio día a día y dar un salto hacia el otro lado.

¿Ya sabe quién es usted?

Todavía no, pero estoy a un paso de ser el que quiero ser, por eso esa alusión al otro lado.

Como Lewis Carroll y su ‘Alicia...’. ¿A qué se refiere?

Que quiero hacer un trabajo más abstracto, más mental, más re-#flexivo. Hasta ahora en el cine he trabajado en la dirección de arte, pero quiero ir por delante: anticiparme, sugerir escenas, aportar ideas. Y me estoy centrando en la realización de ‘storyboards’. ‘Across the river’, la nueva película de Paula Ortiz, la he dibujado al 80% y eso no es lo normal.

¿Qué beneficio supone?

Con ese material han trabajado los equipos de la película. Y en ‘Teresa’, que Paula Ortiz empieza a rodar, he hecho lo mismo.

¿Cómo trabaja?

Lo hice así con ‘Across the river’. Estaba con ella y me cogió la pandemia. Empecé a usar la rotoscopia: interpreto físicamente la escena y la reproduzco en el dibujo. Así los fotogramas tienen más realismo y expresan mejor la acción. En el cómic seguí usándola en la parte real.

¿Le interesa a usted la escritora mística Teresa de Ávila?

Mucho. Desde su escritura, que es un galimatías, hasta su vida, su rebeldía, su misticismo. No soy creyente, pero encuentro en ella muchas motivaciones. Tenemos un asesor, Antonio Mas, que nos lo explica todo y yo quería saber si era verdad que había levitado o no. Mas dijo: «Levitó, sí, levitó». Y yo he incluido eso en mi guion.

¿Desde cuándo le interesa la imagen?

He dibujado desde siempre. Desde pequeño. Creo que lo he heredado de mi padre.

Jesús Rodrigo Bosqued Fajardo: periodista, cineasta, operador de cámara y autor de una monografía de la Cartuja de Aula Dei.

Era un apasionado de su trabajo. En Aula Dei pasábamos muchos domingos con mi hermano y mi madre… Comíamos nueces y moras, olíamos las rosas desde la bici; mi madre no podía entrar, pero nosotros sí. A mi padre lo querían mucho. Hizo una película donde contaba, entre otras cosas, la muerte y el enterramiento, en un día de nieve, de un monje. Era una imagen inolvidable.

¿Qué pasó con esa película?

Que se perdió. Aprendí mucho de él. Grababa los partidos del Real Zaragoza y luego editaba en casa, en una mesa, unos 50 minutos que locutaba Salvador Asensio. Y todos calladitos. Era un apasionado de los videoclubs y me traía siempre películas o iba yo a buscarlas al Videoclub Alvarado. Un ictus lo dejó en una silla de ruedas hace 20 años.

¡Vaya! ¿Cómo evolucionó usted?

Precisamente, con la pandemia ha repensado mucho mi vida. Y también estos días, cuando me llamó HERALDO. No tengo memoria y tomé notas. A ver: estudié en Alejandro Cañada, con él y con su hija María Ángeles Cañada. Fui un solitario, muy casero, y viví épocas en las que solo veía películas. Luego hice siete años de Derecho y lo dejé.

¿Lo dejó?

Sí, y estudié en la Escuela de Bellas Artes. Querían que hiciera selectividad de nuevo, y ya la había pasado dos veces. Al final acabé haciendo un curso superior de Ilustración que duró dos años.

¿Qué pasó luego?

Que viví la experiencia de la noche. Podría decir que me lo bebí todo. Me gustaba ser camarero: trabajé en La Cucaracha, La Lata de Bombillas y Terraluna. Diez años. Conocí a Sergio Algora y me pidió que le hiciera el logo del bar Bacharach. Me encantaba hablar con él. Para entonces ya trabajaba en el cine, y el equipo de ‘La novia’ de Paula Ortiz venía a verme al acabar de rodar.

¿Ya la había conocido entonces?

Sí. Yo hacía carteles, diseño gráfico y algunos dibujos míos, no muchos, andaban por la red. Ella vio uno que decía: "Los huecos duelen" y le inspiró el título de su corto ‘El hueco de Tristán Boj’.

¿Qué ha supuesto en su vida?

Todo. Gracias a ella he descubierto quién soy. Somos compañeros de vida y de creación, amigos, y hasta me confunden con su amor, Javi García. ‘La novia’, sin duda, es lo mejor que he hecho. Me identifico con Paula Ortiz en su pasión por la belleza, la expresividad y su sentido narrativo.

Y va usted y vuelve al cómic...

¿Qué es un ‘storyboard’ si no un cómic? He descubierto que no soy un escritor, pero sí un dibujante que cuenta historias.

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